«Refrany; Els espinacs menja’ls a sacs». Las espinacas, cómelas a sacos.
Hoy he preparado una «Olla muntanyesa amb espinacs», se trata de un plato similar al cocido montañés, plato típico de Cantabria, pero con variantes, que en la montaña valenciana, también hace mucho frío y se comía y se come, de forma sana y contundente 😉
Es un guiso de interior, de montaña, uno de ésos platos de cuchara que apetece en cuanto hace frío y hoy aquí sólo tenemos 4º, así que he pensado prepararlo para comer y de paso hacer las fotos del paso paso y con ésta receta participo en el Reto de Septiembre 2016 de CdM – Cocineros del Mundo en el apartado salado.
Los componentes esenciales de ésta olla son los judiones y las espinacas, a las que se añade el compagno ó sacramentos, compuesto de chorizo, costilla, morcilla, jamón etc. procedentes de la matanza del cerdo, que hacen de éste un plato fuerte, con gran aporte calórico, por lo que se consume como plato único.
Os contaré lo que he encontrado acerca de éstas preciosas hojas verdes, las espinacas. Dicen que es una planta que se cultiva durante todo el año y cuyas hojas verdes son comestibles. Su procedencia es persa (actual Irán) después llegó a china a manos del rey de Nepal que la ofreció como un regalo. No llegó a España y de ahí a toda Europa, hasta el siglo XI, gracias a los árabes que ya la utilizaban en la cocina desde antaño. Hoy en día la encontramos prácticamente en todo el mundo tanto congelada como fresca, que es como más la uso en mi cocina, ya que procuro usar productos frescos de temporada.
Está compuesta en un 93% por agua. Tiene gran cantidad de nutrientes, rica en fibra (sobre todo el tallo) y muy poco aporte calórico. Es uno de los vegetales que más proteínas contiene. Si bien es cierto que contiene hierro, no es el mineral por el que destaca (ahora os cuento el falso mito de Popeye). Sí es muy rica en vitaminas, sobretodo del grupo A, C y E y ácido fólico (vitamina B9). Y tiene unas magníficas propiedades antioxidantes.
Por todo ello, las las espinacas nos aportan grandes beneficios para nuestra salud:
– Regulan el tránsito intestinal
– Beneficia a mujeres embarazas y a los niños
– Mejora la visión
– Ayuda a prevenir enfermedades como la arterioesclerosis y el cáncer
– Nos aporta energía y fuerza muscular (como a Popeye, pero no por el hierro, sino por los nitratos)
– Nos ayuda a adelgazar
Y ahora voy con unos datos que a much@s sorprenderán, ya que creo que todos recordamos a Popeye con una fuerza sobrehumana y dándole puñetazos a Brutus cada vez que comía una lata de espinacas. Nos remontamos a los años 30 en EEUU. Max Fleischer crea a Popeye mítico personaje de dibujos animados y cómics, que comía espinacas para multiplicar su fuerza y salvar a Olivia (el nombre tampoco es al azar) de las fechorías de Brutus.
Por aquella época, tras la I Guerra Mundial, las anemias por falta de hierro entre la población eran muy comunes. Por eso Popeye fue utilizado por las autoridades sanitarias para la promoción del consumo de espinacas – ya que existía la creencia popular de que eran muy ricas en hierro.
Pero ¿de dónde viene esa creencia? Es cierto que las espinacas tienen hierro, aunque desde luego no es la hortaliza que más contiene este mineral. Por un error en la coma, pensaron que 100 gramos de espinacas, en lugar de 1,7 mgr de hierro, contenían 17 mgr. Así se expandió el MITO de que las espinacas eran altamente ricas en hierro. Pero aún así, aunque muchos años antes descubrieron el fallo, Popeye siguió durante muchos años usando este recurso para aumentar su fuerza. No fue hasta los años 80 que este error salió a la luz. Algo parecido ocurrre con el mito del hierro de las lentejas. Aún así, la promoción de la espinaca, o de cualquier verdura o legumbre, nunca es un error.
Así que después de ésta extensa explicación vamos al lío, necesitaremos para cuatro comensales;
- 400g judiones de la granja
- 200g espinacas frescas
- Un codillo
- Costilla de ternera
- Una morcilla de carne
- Una morcilla de cebolla
- Un chorizo
- Una buena punta de jamón
- Una patata grande
- Dos hojas de laurel
- Pimentón de la Vera
- Media cabeza de ajos
- Aceite de oliva virgen
- Agua mineral
- Una pizquita de bicarbonato
- Sal
Comenzaremos por poner la noche anterior los judiones a remojo en suficiente agua a temperatura ambiente.
Al día siguiente, aprovechando también el agua del remojo, ponemos los judiones en una olla para cocerlos, podéis hacerlo a la manera tradicional si tenéis tiempo en modo «chup chup» que tardaréis como mínimo tres horas o con la olla rápida que tardará en hacerse unos cuarenta minutos. Desde luego no hay color en cuanto a tiempo de cocción pero tampoco en sabor,porque se nota mucho de hacerlo de una forma o de otra. Podéis hacerlo la noche antes y dejarlo reposar para el día siguiente, estoy por decir que está muchísimo más rico de un día para otro, podemos poner las judías a remojo al irnos al trabajo y por la noche, mientras hacemos la cena y la reposamos, preparar la olla al modo tradicional, éso ya a vuestra elección.
la punta de jamón
y dos hojas de laurel enjuagadas
desespumamos bien,taparemos y dejaremos a fuego medio unas dos horas y media a
tres, controlando de vez en cuando el caldo, los judiones han de quedar tiernos pero no deshechos.
De vez en cuando daremos unos meneos a la olla moviéndola en sentido
circular, pero no removeremos con cucharón alguno para evitar que les
fabes se rompan
cuando probemos las fabes y estén tiernas, añadiremos las espinacas, limpias y cortadas
patata, y las chascaremos, las freiremos, pero sólo apenas dorarlas, sin que cojan color
y las añadiremos a la olla
lo mismo haremos con las morcillas y el chorizo
en el mismo aceite, pelamos media cabeza de ajos y los doramos,
cuando estén dorados, añadimos una cucharada de pimentón de la Vera
y lo incorporamos todo a la olla, la tapamos de nuevo y dejamos cocer durante una hora media hora más,
transcurrido éste tiempo, sacaremos cinco judiones y tres trozos de patata y los pisaremos con un tenedor, eliminaremos las pieles y añadiremos de nuevo a la olla,
y los mismo haremos con el resto de las carnes que volveremos a la olla
e incluso está riquisimo de un día para otro
serviremos muy caliente
y disfrutaremos
de un excelente y tradicional plato de cuchara
que gustará a tod@s y si lo acompañamos de una buena hogaza de pan, tu chico al lado y una copa de Tempranillo cavernet sauvignon valenciano con DO Utiel-Requena ya… paqué paqué mas… ¿quien dijo frío?
«A la taula i… BON PROFIT!!!» Espero tus comentarios, que para mi, son muy importantes. Gracias. Recuerda que también estoy en faceboock
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¡Buenos días!
Ya de entrada nos presentas un escaparate del que es imposible pasar de largo y recrear la vista, pero es que luego, a medida que se van fundiendo, dan lugar a un tesoro de plato, irresistible y auténtico, para disfrutarlo pausadamente, con una buena hogaza de pan, ¡Exquisito!
¡¡Un saludo y mucha suerte en el reto!!
Bon día Jose Manuel. Muchísimas gracias por tus palabras. Es todo un honor viniendo de un gran cocinero como tú. Te pido disculpas por mi tardanza en responderte, pero he estado unos días sin conexión, donde me encuentro apenas hay cobertura, y es complicado acceder al mundo cibernético. Conectarme y encontrarme con tu bonito comentario, es un subidón de energía, te lo aseguro 😉
Gracias por todo y molts bessets. Muakssss.
Iaia !que estamos en Cuaresma! seguro que está de rechupete