«Refrany; Violetes a la primavera, bona tardor ens espera» Violetas en la primavera buen otoño nos espera.
Le debía una tarta a mi nuera mayor, pero por unas cosas u otras, no coincidíamos últimamente en sus cumples y no había manera de cumplir con mi promesa.
Hablándolo con mi marido, me dijo que podría hacerle la tarta de caramelos de violeta mmmm queee ricoooossss. Los caramelos de violeta me traen unos maravillosos recuerdos.
Primero, mi padre me los traía de Madrid cuando iba a ver a su hermano Salvador, una temporada que vivió allí, hasta que descubrió que los vendían el la casa de Los Caramelos, aquí en Valencia, y cada vez que iba al centro venía con una paquetito para mi.
Las violetas me encantan, era la flor preferida de mi madre, y en el pueblo, salen salvajes por todos lados, entre rocas, incluso en la paredes y rincones frente a mi casa. Mi marido las regaba siempre, y cada año, nos daban sus flores.
Cuando mi marido estuvo trabajando en el centro de Valencia, como venía andando a casa al terminar de trabajar, se pasaba por la calle Játiva y muchas veces, me traía una cajita de ésos dulces, hasta que tras 40 años de endulzarnos la vida, la Casa de los Caramelos cerró sus dos tiendas.
Un día que tuvo que ir a hacer unas gestiones a Makro llegó todo contento a casa ¿a que no sabes lo que he encontrado nena? y con su maravillosa sonrisa, sacó de su bolsillo una cajita de caramelos de violeta… ésa cajita fue al pueblo para hacerle la tarta a nuestra nuera, pero unas veces por otras… la tarta sin hacer.
La primera (y única) vez que fui sin mi amor al pueblo, vi el botecito de caramelos de violeta, y me dije que de ése viaje no pasaba, mi nuera e hijo, bajaban a comprar provisiones a Teruel, les encargué lo necesario, y en complicidad con mis preciosas nietas, nos pusimos manos a la obra, a prepararle de sorpresa la tarta a su mamá.
Hicimos paella de leña en el bosque y la llevé de postre. Mi hijo preguntó ¿que celebra hoy Eva para que le hayas hecho ésta tarta mamá? y le dije,» nada en particular, celebramos con ella, que papá le compró esos caramelos para su tarta hace ya tiempo, celebramos con ella que estamos vivos, y celebramos con ella que estamos juntos ¿te parece poco?…»
Necesitaremos;
Para la base de la tarta:
- Un paquete de galletas carameladas lotus
- 100 g de mantequilla
Para la mousse:
- 150 g de caramelos de violetas
- Media tarrina de queso Mascarpone
- Media tarrina de queso crema tipo Philadelphia
- 75ml de leche entera
- 6 láminas de gelatina neutra
- 500g de nata de montar o crema de leche
Para la gelatina de violetas:
- 150ml de agua sin sabor a cloro
- 200g de caramelos de violeta
- 3 láminas de gelatina neutra
Para los adornos:
- Fondant blanco
- Colorantes alimentarios
Lo primero que tendremos que hacer será triturar las galletas. Estas son un peligro, las niñas abrían un paquete y se comían una y dejaban dos ¡menos mal que las conozco y encargué galletas de mas! nos encantan éstas galletas, también conocidas como Speculoos, ya os daré la receta para hcerlas en casa 😉
Las podemos picar en la picadora o pasarles el rodillo tras haberlas puestas en una bolsa limpia.
Aprovechamos ahora para poner en el congelador la nata, las varillas y el bol donde la vayamos a montar, para que vaya cogiendo frío y monte rápido y bien.
Fundimos la mantequilla en el microondas
y la mezclamos con las galletas, nos quedará con el aspecto de arena mojada.
En un molde desmontable, ponemos papel sulfurizado o de horno sobre la base, y cerramos pinzando bien.
Usé un molde de 23cm.
repartiremos la galleta con mantequilla presionando y procurando que quede lo mas nivelada posible (me acabo de dar cuenta de que le peque, se estaba zampando otra galleta jajajajajaja)
En éste tipo de tartas sin horno, me gusta poner una lámina de acetato alrededor de las paredes del molde, de esta manera me aseguro un buen desmoldado y suficiente capacidad para la mezcla. (Lo podréis encontrar en Amazon)
El siguiente paso es preparar la mousse, mientras lo hacemos, pondremos el molde en el frigo para que la galleta se vaya quedando durita y crujiente
Sacamos del congelador las varillas, las colocamos en la batidora y la nata en el bol (recordad que lo teníamos todo en el congelador)
iremos integrando poco a poco las dos cremas de queso con movimientos envolventes procurando que baje lo mínimo y pondremos el bol en el congelador mientras que
trituramos los caramelos, yo lo hice con una picadora de hielo que me compró mi madre cuando me casé
pero podéis utilizar cualquier picadora, la Iber, la Thermomix e incluso un molinillo de café. ¿Verdad que el colorido es precioso? me encanta el color púrpura.
Quizás os preguntéis porque no hemos comenzando picando los caramelos y tenerlos listos para añadir ahora,
pues sencillamente porque en cuanto pasan dos minutos triturados, se ponen como una piedra, así que hay que pulverizarlos en el momento y añadirlos de inmediato a la crema que tenemos en el frigo
pondremos a hidratar las láminas según indique el fabricante
ponemos la leche a calentar al fuego en un cazo
con la crema, con mucho cuidado, para que no se nos baje
Añadimos a la nata montada y mezclamos bien, para que quede bien distribuida la gelatina.
repartimos la mezcla en el molde y la ponemos de nuevo en el frigo, donde ha de estar un par de horas como mínimo para que quede cuajada.
Esta tarta no tiene complicación, y todo la hace el frigo, pero necesita sus tiempos para que salga bien.
Pasadas dos, o tres horas mejor, prepararemos la gelatina de cobertura.
ponemos las otras tres láminas de gelatina a hidratar según las indicaciones del fabricante
150ml de agua en un cazo al fuego
y el resto de caramelitos, que serán 200g
iremos removiendo, al principio nos costará un poco
pero poco a poco iremos viendo como se disuelven los caramelos y se hace una pasta. Mis nenas se han precipitado en echar los caramelos en el agua, había que haberlos pulverizado primero, pero vamos, no pasa nada, un poco mas movimiento de muñeca y ya está jeje
hasta que llegue a alcanzar los 100º centígrados, y sacamos del fuego
escurrimos muy muy bien las láminas de gelatina
que no quede agua y la añadiremos a la mezcla disolviendo bien, ahora es importante que la gelatina se enfríe en su justa medida, pues si la pusiéramos ahora sobre la tarta, se estropearía todo, pero si la dejamos enfriar demasiado, ya se habría cuajado demasiado y no la podríamos usar
Debemos dejarla enfriar hasta los 37º centígrados y es el momento de
sacar el molde del frigo y añadir la capa de gelatina. Sin moverla mucho, la dejaremos de nuevo en el frigo, lo ideal de un día para otro. Como mínimo 6 horas .
La voy hacer pronto, a mi Marido le encantan las violetas