«Refrany;
Gallóns de mandarina, bona medicina» Gajos de mandarina, buena medicina.
Buena y dulce, os lo dice una Galloneta, nieta de Galló…
Hoy os traigo mi manera de preparar un licor de mandarina, un excelente digestivo y una manera suave, y delicada de terminar una comida o una cena, éso si, tomadla MUY muy fría.
Yo no soy muy de alcohol, de hecho apenas me gusta, pero ésta es una bebida suave, si os gustan las copas fuertes, no pongáis agua al elaborarla. Éste licor, va muy bien tenerlo en casa ya que se le pueden dar muchos usos en la cocina y ahora veréis que fácil es de hacer.
La mandarina, es el cítrico que mas agua contiene, también posee altos
niveles de vitamina C, y potasio, vitamina A, B1, B2, B6, magnesio y
fósforo, lo que la hace desarrolladora del metabolismo celular y a su
vez gran fortalecedora de huesos y dientes.
Al ser una fruta con antioxidantes, ayuda a prevenir las enfermedades
degenerativas, combate la acción nociva de los radicales libres, y
retrasa el proceso de envejecimiento de las células.
Además, es perfecta para las dietas ya que da sensación de saciedad, por todo esto la mandarina suele ser recetada por los médicos cuando se
presentan casos de anemia.
Las mandarinas son muy beneficiosas para las embarazadas, ya que dicen que gracias
a su contenido de ácido fólico ayuda a prevenir la malformación en el
feto y la espina bífida
Se recomienda para los resfriados, principalmente en los niños debido a su acción anti-infecciosa y su alto contenido en Vitamina C.
Es una fruta rica en sabor y nutrientes, por ello es recomendable que se incluya en los hábitos alimenticios de todas las personas; su sabor se presta para realizar pasteles, ensaladas, complementos para pizzas, salsas, y claro está, zumos y batidos.
Es una fruta que me encanta, porque es muy suave y no tiene la acidez de la naranja, éstas son de huerto particular y casero, me hubiera gustado haceros la foto mientras las cogía del árbol, pero se me olvidó, son ecológicas y muy muy dulces.
Necesitaremos;
- La piel de cinco mandarinas
- Una mandarina entera
- 550cl de vodka o de aguardiente
- 250cl de agua
- Dos palos de canela
- Una nuez moscada
- 250g azúcar
Lo primero que haremos es lavarlas muy muy bien, aunque éstas son de casa, pueden tener restos de polvo y las que compremos abonos químicos e insecticidas, como vamos a usar la piel es muy importante que estén bien limpias
Pelaremos 5 mandarinas y dejaremos una entera, como vamos a quitarle toda la parte blanca, (llamada albedo) porque amarga, introduciremos las pieles en un recipiente con agua, ya que remojada y húmeda se quita muy bien. Podéis utilizar un pelapatatas, pero queda mucha parte blanca y os puede amargar el licor, que solo ha de tener la parte de la piel (llamada flavedo) con color que es la que lleva los aceites esenciales
Las mandarinas peladas, las envolveremos en papel film y ya las tenemos listas para el postre, o para preparar alguna deliciosa receta
raspando con un cuchillo, veremos que pronto y fácil sale toda la parte blanca de la mandarina, éste truco os sirve para cualquier cítrico
En un recipiente de cristal que tenga la boca ancha, iremos colocando las pieles limpias de parte blanca, que por si no lo sabéis se llama el ALBEDO, por si os interesa saber cómo se llama la parte coloreada de los cítricos, aprovecho la ocasión para deciros que se llama el FLAVEDO y que es la parte más visible de la piel, la que tiene color y la que contiene
las glándulas de aceite aromático, con las que se enriquecen tantas
recetas de cocina, cómo ésta que os traigo hoy 😉
una vez tengamos todas las pieles, añadiremos la mandarina entera que estará lavada como las otras
le toca el turno a las ramitas de canela y la nuez moscada
y al Vodka que pondremos 550ml si nos gusta muy suave, y 750ml si nos gusta muy fuerte y en éste caso no añadiremos ni gota de agua. Sale un licor divino, pero con mas sabor a alcohol, ésto ya a vuestro gusto
incorporamos al recipiente 250g de azúcar blanco
y si os gusta suave, 250ml de agua mineral, o del grifo si la que sale no sabe a cloro
Taparemos herméticamente y dejaremos en un lugar oscuro durante tres semanas…
aunque de vez en cuando, cada cuatro o cinco días, sacaremos y removeremos con una cuchara de madera, o moviendo el bote cual maracas de Machín 😉
pasado éste tiempo, colaremos poniendo una gasa o papel de cocina pbre un colador de rejilla o con un colador de tela, que es como lo hago siempre, y eliminaremos todos los aderezos dejando únicamente el licor
que habrá tomado un delicado color naranja
envasaremos en botellas de cristal, usando un embudo
y etiquetaremos, para saber la fecha de preparación. Dicen que éste tipo de licores dura un año, pero éste de las fotos es de hace casi dos años, y está riquísimo aunque se ha oscurecido un poco.
Como os decía al principio se ha de servir muy muy frío. Con esta receta participo en el Reto de Noviembre 2016 de CdM – Cocineros del Mundo en el apartado Dulce #RetoNoviembre2016CdM
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