Bizcocho Fabiola biscuit Fabiola de La Font d’En Carròs paso a paso foto a foto

«Refrany;
Un bon bescuit, qualsevol se’l menja»   Un buen bizcocho, cualquiera se lo come.

En mi último post, os contaba pequeños recuerdos de mi niñez y juventud, en ésta entrada que podéis ver aquí junto a la receta de limón granizado casero https://elcalaixetdelaiaia.es/llimo-granissat-granizado-de-limon.
Quizás ése ha sido el motivo de haber soñado ésta noche con el pueblo de mi padre, ayer a última hora, nos dieron el alta en la en La Fé, cuando pensaba que pasaríamos mi santo allí, mi chico está mejor y nos han dejado salir 😉

Bueno, pues como os decía, he soñado ésta noche con el pueblo de mi padre, (en los ratos que el ventilador de techo permitía el sueño claro, porque vaya nochecita de fastidioso calor tropical hemos tenido ésta noche en Valencia), la cuestión es que he amanecido con la idea de hacer un «Bescuit Fabiola»que a mi padre le encanta y he recordado que aún no tenía la receta en el blog, así que aprovechando que iba a La Salud, me he acercado al mercado de Algirós y he comprado el coco y la almendra rallada.

Éste bizcocho es típico en La Font d’En Carròs, y de algunos otros pueblos de La Safor. Mi madre, cada vez que regresaba del pueblo a Valencia, iba cargada de Fabiolas que encargaba previamente en el Forn de la pujada del Crist, (aunque nosotros entrábamos por la Plaça del Ajuntament haciendo parada obligada en casa de mis queridos tío Teresín y Vicente) para obsequiar a familiares y amigos.

La receta que os traigo es la original de mi iaia Isabel,  y a su vez de mi besiaia Sabeleta, su madre, aunque me contaba el iaio Antoniet, que su madre María, la hacía igual. La iaia me contaba que éste bizcocho se cocía en una especie de olla de hierro en forma de corona y al fuego de la cocina de leña, en la chimenea del suelo, sobre los «tres pèus», como era lo típico en aquella época, según recuerda aún mi padre. La iaia tenía ésta receta en  en la cabeza y como muchas otras, me las fui apuntando en una libretita hace muchísimos años, cuando de joven y soltera ya iba recopilando recetas de las tías y las iaias.
Lo contenta que estoy ahora de haberlas sometido en su día al tercer grado, (la memoria les fallaba y a veces fue difícil) y poder tener éstos pequeños tesoros, para mi, muy valiosos y que me satisface compartir con vosotros.

Es un bizcocho húmedo y muy muy jugoso, sin mantequilla ni grasas ni lácteos, peeeroooo éso siiii,  bastante calórico, así que si estáis a dieta o vivís pendientes de la báscula ni se os ocurra probarlo… porque
es adictivoooooo

Hoy la he preparado con la receta original que me dió la iaia, (aunque con los años he ido haciendo variaciones que luego os explicaré) porque he querido mantenerme fiel a la tradición, aunque a mi el coco no me gusta nada, de vez en cuando hago ésta tarta porque merece la pena ver la cara de felicidad de mi padre, cuando come un trocito de ella y lo transporta a La Font y a tiempos muy dichosos, y me da a mi que cuando la pruebe mi nuera, voy a tener otra adicta a la Fabiola jeje.

Así que aprovecho para felicitar a todas las Carmen y Carmelo, (y por descontado, Mamen, Maimen, Mensi, Carmela, Carmeta, Mensin, Menchu, Carmina, Carmelina, Melina, Meli, Carmenchu, que conozco, y a las que no ¡claro!.)  );  ya que ésta entrada va dedicada a tod@s quienes lleváis éste nombre y en especial a mi madre.

Necesitaremos;

  1. Cuatro huevos
  2. 150g de harina
  3. 50g de azúcar
  4. 100g de coco rallado
  5. 75g de almendra molida
  6. Una pizquita de sal
  7. Un sobre de gaseosas blanco
  8. un sobre de gaseosas morado

Para el almíbar;

  1. 150ml de agua
  2. 75ml de mistela
  3. 100g de azúcar

Antes de seguir voy con unas aclaraciones.
Éstas medidas son para un molde de 28cm. que voy a estrenar hoy, así que he reducido
las cantidades, porque quiero un bizcocho pequeño, de pocas raciones, pero de normal se hace doblando ingredientes.
Hemos de utilizar un molde de corona, rosquilla o rueda. Aunque no lo creáis la cantidad de almíbar no es una barbaridad, porque se lo chupa TODO.
Lo pueden comer los niños aunque lleve mistela, porque el alcohol se evapora. Las últimas veces que he preparado éste bizcocho, he sustituido la mistela, por licor de crema de coco tipo Malibú, todo un acierto si os gusta mucho el coco, (pero como no se hierve no se evapora el acohol y no lo pueden tomar los niños) y antes de volcar la masa en el molde de corona he puesto una  capa de almendras laminadas. Está mas rico muy fresquito y de un día para otro, así que lo preparo con dos días de antelación como mínimo.

Tendremos los huevos a temperatura ambiente, y separamos las claras de las yemas
batimos las claras a punto de nieve y añadimos una pizquita de sal
añadimos a la harina el sobre blanco de gaseosa, y luego el morado y mezclamos
tamizamos la harina en el cuenco con las claras a punto de nieve,
añadimos el azúcar
la almendra pelada y molida y las yemas de huevo
y removemos todo. Nos quedará una masa densa y pegajosa, que cuesta trabajar
engrasaremos el molde con mantequilla y harina, o producto antiadherente para poder desmoldarlo con facilidad
introduciremos en el horno precalentado a 180º
a media altura
durante 30 minutos, con calor abajo y aire si tenéis ésa función. Estos tiempos son orientativos, porque ya sabéis que cada horno funciona de un modo y necesita unos tiempos distintos. No os descuidéis e ir controlando, cuando creáis que puede estar, pinchar con un palo de brocheta y si sale limpio es que ya está listo, cuidad que no se os haga demasiado.
Mientras se hornea, prepararemos el almíbar poniendo el agua a hervir
junto con el azúcar
y la mistela. Lo dejaremos reducir unos cinco minutos y retiramos del fuego.
si veis que el bizcocho se dora demasiado, lo podéis tapar con papel de plata. Retiramos del horno
y vamos emborrachando con el almíbar preparado , poco a poco. Aunque parezca mucha cantidad lo absorbe todo y es imprescindible para conseguir la jugosidad necesaria en éste bizcocho, que de lo contrario quedaría seco. Lo introduciremos de nuevo en el horno apagado y caliente, y dejaremos una media hora. Pasado éste tiempo lo dejaremos enfriar y si lo pasamos por el frigo, mejor.
Desmoldaremos con cuidado y cubriremos la superficie con coco rallado
mi papi, como siempre que puede, ha venido a mi casa con un buen ramillete de jazmín, porque so olor me encanta así que lo he aprovechado para decorar el bescuit,
acompañado de una mistelita fresca
o un cremoso café o cortado
es un postre muy bueno
que os aseguro no os dejará indiferentes, aunque como a mi, no os guste nada el coco

Termino ésta entrada el día de mi santo y lamentablemente, publico desde el hospital mientras cuido de mi papi que está ingresado, le he pedido a mi chico, que cuando venga a verlo y a pasar el día con nosotros, le traiga un buen trozo para merendar ésta tarde, ya que éste año celebraremos mi santo con él en el hospital, pero el año que viene, nos vengaremos, ayer le dieron el alta (provisional) a mi chico, y hoy ingresan a mi papi, la vida es así  🙁

«A la taula i… BON PROFIT»

Si os gusta ésta tradicional y antigua receta y compartís, me ayudaréis a que no se pierda. Muchas gracias 😉
Espero tus comentarios y recuerda que también estoy en Facebook https://www.facebook.com/El-calaixet-de-la-iaia-533062140099386/

Deja una respuesta