SILLAS VACÍAS….
Se acercan las Fiestas y empiezan los preparativos: los regalos, la decoración, el menú de la cena, el lugar donde reunirse… como siempre en casa de mis padres año si, año no, últimamente el año que no… solo somos cuatro.
Y aparece la pregunta inevitable: «Cuántos somos éste año?». Y en la respuesta, aparecen, implicitamente, las «sillas vacias», las personas que no están… La persona que está lejos, la que la vida lleva por otro camino, los que eligen no estar, la que se enemista, la que se lleva la muerte… Y aparece la tristeza.
Y las «sillas vacías» duelen.
Mi padre cumple hoy 83 años y faltarán muchas personas para ayudar a soplar las velas, para cantar el cumpleaños feliz, junto a les «Nadales del iaio Antoniet», mi iaio, su padre.
Así voy a brindar el 24, con lágrimas contenidas por las «sillas vacías», y sonriendo desde el alma por las «sillas …ocupadas». Feliz.
Si, feliz a pesar de la tristeza que sin querer me invade por momentos en éstas fechas. Porque ser feliz no es necesariamente estar alegre. La alegría es una emoción pasajera que termina cuando el buen momento finaliza. La felicidad es otra cosa. Es un estado del alma. Ser feliz es estar en paz. En paz sabiendo que estoy recorriendo el camino correcto, el que coincide con el sentido de mi vida, el de mis errores y triunfos, con mis miedos y mi coraje… MI CAMINO, el que yo elijo, escalando las rocas que la vida pone en él.
Un camino en el que hice todo lo que pude, en el que sigo haciendo todo lo que puedo y mas, muuucho mas.

Brindaré hoy por los que no están, y sobre todo por lo que SI están siempre, a pesar de todo… SI ESTÁN.

Feliz nochebuena.
Feliç Nit de Nadal.
Parte de éste texto está cogido de la red, pero desconozco su autor y por éste motivo no lo cito. Lo he personalizado a mis sentimientos y mi vida, pero no es de mi autoría en su totalidad.
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