«Refrany; De juliol sense calor, guardeu-nos, Senyor!» De julio sin calor, ¡guárdenos Señor!
Pues calor hace, pero claro, estamos en Julio… Apetecen comidas y cenas fresquitas, y es lo que hago estos días.
Hoy una receta de gazpacho que no es mía, así que muchas gracias por la misma, a Lola y Arantxa. Hoy la hago, con el único fin, de compartirla con vosotros, ya que dentro de mis alergias e intolerancias, la peor, es al pepino y al polen de la flor del saúco (terrible, vamos) y por tanto, el saúco y el pepino, ni olerlo, pero se trata de un gazpacho muy rico y refrescante, según dice mi nieta y mi hijo que lo han probado, y les encanta, así que… lo comparto y os recomiendo que lo probéis.

Necesitaremos;
- Dos pepinos
- Un yogur natural sin azúcar
- Una ramita de menta.
- Aceite de oliva
- Vinagre de Jerez
- Sal
- Pimienta
La ejecución es la más fácil del mundo, como cualquier gazpacho frío y crudo. Lavamos los pepinos «cogombres» hacemos tantas rodajas finas, como raciones vayamos a servir y troceamos unos dados, para usar como tropezones, al servir, y reservamos.

Tengo la suerte de que muy a menudo puedo consumir productos directos de la huerta de València y de junto al mar, este pepino no tiene nada que ver en sabor y suavidad a cualquier pepino comprado, pero os doy mi truco para que quitéis las semillas del vuestro, simplemente abrir y rascar con una cuchara , para este menester uso una de helado,

quitamos las semillas, lo troceamos, y al vaso batidor

incorporamos el yogur pasamos por la batidora

Añadimos aceite de oliva, echándolo al hilo para que emulsione,

añadimos sal y vinagre de Jerez, y pimienta al gusto y trituramos hasta conseguir la textura que prefiramos.

Tapamos y reservamos en el frigo.

En el momento de servir, volcamos en los cuencos,

añadimos los trocitos de pepinos reservados y colocamos la fina rodaja en el centro.

Si os gusta, podéis añadir unas hojitas de menta y un poco de pimienta recién molida.

«A la taula i… BON PROFIT!!!»
