La iaia Conxeta

«Refrany;
Els iaios són els espills dels seus fills i el reflexe dels seus néts»

Los abuelos son el espejo de sus hijos y el reflejo de sus nietos
Hoy me he ido a contarle mis cosas a LA MARETA, a la Mare de Déu dels Desamparats
Lo hago muy a menudo, me siento cobijada bajo su manto y mas desde que no tengo a mi madre, no se porque alli me siento mas cerca de ella voy a contarle mentalmente mis penas y mis alegrías, a pedirle cosas y a darle las gracias, me encuentro tan bien allí que me inunda una paz interior.
En cuanto entro en la plaça de la Verge, se me alegra el corazón aunque hoy ha sido mas difícil que otras veces
Hoy he querido oir misa en memoria de mi iaia Conxeta. 10 de Febero Santa Escolástica, patrona de las monjas y a quién mi iaia pedía lluvia. Hoy hace 115 años que nació mi iaia Conxeta.
Siempre le gastaba bromas y la hacía rabiar con ésto, ya que me contó que su tía quería ponerle de nombre el santo del día, Escolástica, menos mal que mi bisabuelo no accedió.
Mi iaia fue mi segunda madre, mi amiga, mi compañera, mi ejemplo, mi maestra.
La mejor iaia que nadie pueda desear. Le debo mucho porque me dio todo su amor, (bueno a mi, y a toda su familia) y me enseñó muchas cosas de provecho. Todo el que la conocía la quería, aunque tenía su carácter, quizás debido a la dura vida que llevó.
Era menudita, inquieta y vivaracha,con piel como de porcelana, alegre y risueña y muy muy trabajadora. Sabía mil trucos y hablaba siempre en valenciano y casi siempre con refranes, tenía el adecuado para cada ocasión y lo poco que hablaba castellano era en «cançonetes» como decía ella.Viví con ella siempre, compartimos habitación desde que me quitaron de la cuna hasta el día de mi boda. Compartimos habitación, vivencias, sentimientos, secretos y sobretodo AMOR, mucho….muchíiiisimo amor. Ella fue mi segunda madre.

La recordaré siempre haciendo ganchillo con sus pequeñas y primorosas manos, o cuidando sus lilas, hortensias ,claveles…que a veces cortaba y se ponía en el pelo, haciendo una rosa con el jazmín que prendía con un imperdible en su pecho, o sentada en la cama por las mañanas cepillando su largo pelo, trenzándolo y haciéndose su «monyet» a tientas,sin espejo alguno. Con ese largo luto, siempre de luto, siempre de duelo, con su negro delantal, pero sonriente.

Una gran luchadora, una mujer fuerte, valiente y decidida, digna de admiración.
Tuvo una vida difícil,muy difícil y dramática, pero en cierto modo feliz. Nació en la calle La Gallera, frente al puerto de Valencia, en el Grau.  Se quedó huérfana de madre, muy pequeñita ya que mi bisabuela murió al parir gemelos, sus únicos hermanos que también fallecieron al nacer y poco después, murió también el bisabuelo,que según contaba mi iaia tenía una maravillosa voz de tenor y cuando cantaba en su ventana, le oían los trabajadores del puerto, a quien apodaban el peluca por su precioso pelo, quedando sola en el mundo a excepción de unas tías solteras que se la llevaron a vivir a Massanassa donde se crió muy feliz.
Conoció a mi iaio Vicentet i se casaron muy jóvenes. El iaio era pescador y marino. Se fue embarcado y viajaba a Tánger entre muchos otros lugares. Desembarcaba en Valencia, fecundaba un bebé y se iba un año mas embarcado ….diez hijos tuvieron.
Mi iaio Viçentet era una bellísima persona y muy trabajador, que perdió casi la visión por el frío del mar, cuando iba a las largas temporadas del bacalao y elviento helado le quemó los ojos….pero había muchas bocas que alimentar y tenía que embarcarse por largas temporadas. Hasta que mi iaia harta de criar sola sus hijos una madrugada previa al embarco, cogió todo el petate preparado ya por el iaio, y arriba, en su cambra de la calle Chapa, lo metió en el gran barreño de cinc lleno de agua. Cuando a la mañana el iaio fue a coger el petate, como estaba todo mojado, no pudo embarcar, y el barco partió sin él.
Poco después encontraron trabajo de caseros en la serrería del Grau, y allí nació mi madre. Mi iaia perdió a cinco de sus diez hijos y sus ojos se volvieron muy tristes, pero nunca se borró su sonrisa por los cinco que le quedaron, aunque éstas pérdidas y la guerra, la maldita guerra civil, con su posterior hambruna y miseria, que provocó la perdida de la mitad de sus hijos… la marcaron para siempre.
La tengo siempre en mi mente y siempre estará viva en mi recuerdo, en cada cosa que hago, es parte de mi misma.
Conxeta «la peluqueta» la que rifaba en el «mercat del Grau» mi iaia, que permanentemente vive en mi corazón.

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